jueves, 26 de enero de 2012

RASGOS DE IDENTIDAD CULTURAL

El grueso de los residentes eran venezolanos, pero también habían muchos europeos, se utilizaba el español y el inglés como idioma de trabajo y para hacer vida social.

La Comunidad Cardón es una mezcla de diferentes razas y regiones, ya que durante el desarrollo de esta empresa petrolera cuyo origen era de la Royal Deusth coincidieron trabajadores “gringos”, holandeses, colombianos, árabes, italianos, españoles, franceses, hindúes, peruanos, arubianos entre otros como lo mencionamos anteriormente. Lo que trae como consecuencia que nuestra comunidad sea poseedora de un conglomerado de culturas aportadas por quienes la habitaron de acuerdo con la procedencia de cada uno. Somos parte de una cultura múltiple, cada uno trajo su cultura para nutrirnos.

Los “gustos” de las personas que residían en esta comunidad eran un poco diferentes a las de otras personas, aparte de cambiar de carro (coche) como mínimo cada dos años, una de las diversiones predilectas de grandes y pequeños era el ir, de vez en cuando, en la noche sin luna a contemplar a las distancias permitidas los quemadores de gases de la refinería, aquellas grandes antorchas siempre encendidas y fulgurantes ejercían una gran fascinación en todos. El mismo olor a metano que procedía de la refinería les resultaba agradable a muchos, no digamos el propio olor a la gasolina.

Pero de todos esos extraños “gustos”, probablemente el más desconcertante de todos, era introducir en las conversaciones palabras en el idioma de los caquetíos de la familia de los Anawak, que fué el pueblo prehispánico que habitó Paraguaná, antes de la llegada de los europeos.

En la entrada al campamento había una caseta de vigilancia, a la que le colocaron varios listones de hierro en el pavimento para impedir que entraran a la comunidad; burros, vacas o animales dispersos por la Puerta Maraven en ese momento. Al entrar a la Shell te conseguías con la redoma donde está actualmente el segundo semáforo para entrar al campo menor. No existía la autopista ni el distribuidor que nos llevase a los 6 tanques.

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